Se ha hablado mucho de los beneficios de las sesiones de sauna que usted puede disfrutar al asistir un spa. Sin embargo no todo resulta en beneficio. Esta contradicción depende del estado físico en que se encuentre. A continuación un repaso de todas las condiciones en las que usted no debería tomar una sesión de sauna en un Spa.
La temperatura y sus beneficios
Primeramente debemos resaltar los beneficios de la sauna que son el producto de exponerse a temperaturas altas y al enfriamiento. En la fase de calentamiento usted experimentará relajamiento muscular, sudoración, vasodilatación, acumulación de calor y beneficios sobre el sistema respiratorio. En la fase del enfriamiento su cuerpo experimenta una saturación del oxígeno en la sangre, contracción de los vasos sanguíneos, y estimulación a nivel psíquico.
Aparte de la limpieza por medio de la eliminación de toxinas, alivio de dolores corporales y reumáticos, también son estimulados los sistemas respiratorio y circulatorio.
Cuándo no acudir a la sauna
Sabiendo ya cómo trabaja la sauna sobre nuestro cuerpo será fácil de entender el porqué se debe evitar cuando existen los siguientes problemas:
- Al sistema circulatorio: Suceso de infarto del miocardio, trombosis, hipertensión, várices, presión arteria baja, glaucoma, etc.
- De la piel: hongos, heridas o infecciones.
- Otros: enfermedades inflamatorias, tumores, embarazo, fiebre, hepatitis, etc.
Ante cualquiera de estos problemas lo más conveniente es consultar con su médico. El será quien determine que tanto usted puede tolerar los cambios en temperatura y grado de humedad que existe en una sesión de sauna.
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