No hay como un spa para recibir los diversos tratamientos existentes como saunas, masajes, baños, etc. Algunos de ellos destinados para tratar eliminar el estrés, mientras que otros para aminorar las molestias de ciertas afecciones de cuerpo. Pero cuando la situación no es crítica como en algunos casos de celulitis o acumulación leve de líquidos, la asistencia frecuente a un spa puede resultar ligeramente preocupante debido al costo. Poder tener un masajeador en casa sería la mejor solución. Así usted puede disponer de él en cualquier momento y en la privacidad y comodidad de su hogar.
El trabajo del masajeador
En el mercado existen distintas marcas y modelos diseñados con la misma intención, el masaje corporal. Dentro de los masajeadores manuales y portátiles están los diseñados a mejorar la circulación sanguínea, afirmar la piel y dejarla tersa, eliminación de líquidos y toxinas (masaje linfático), la eliminación de la grasa acumulada y la de la “piel de naranja”. En resumen estos masajeadores están indicados para aquellos que padecen de celulitis, retención de líquidos y flacidez.
El secreto del uso del masajeador
Lo diremos sin rodeos. Existen masajeadores de todos los precios, dentro de los equipos de buena calidad en su manufactura. Pero el secreto muy evidente y pocas veces entendido en los usuarios es su uso continuo. Un masajeador, al igual que los ejercicios físicos, la gimnasia y diversos tratamientos que su terapeuta o médico le haya indicado, requiere constancia, disciplina, deseos de cambiar de un estado actual a otro mejor y luego de lograrlo, mantenerlo.
Cada equipo viene con un manual de uso con todas las instrucciones necesarias para sacarle el mayor provecho de su utilización. Tómese entonces el tiempo para nutrirse de esa información aplicándola en cada parte de su cuerpo.
Tras la inversión que realizará por la copra de su masajeador usted también podrá mimarse con una sesión de spa de vez en cuando pero ya con fines desestresantes.
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