Conseguir en Cancún un acercamiento a los delfines hasta el punto de nadar con ellos es muy fácil, con la posibilidad añadida de que tendremos la opción de elegir entre diferentes lugares donde nos permiten hacerlo y disfrutar durante un rato de esos mamíferos tan cercanos a nosotros en muchos aspectos.
Dolphin Discovery
Para llegar allí hay que hacer un corto viaje en barco desde Cancún.
Descubrimiento
Aunque a algunos pueda parecerle un poco caro, la ventaja que nos ofrecen es la posibilidad de interactuar con manatee y leones marinos, además de con los delfines. En este lugar nos permiten pasar una hora con ellos en un grupo pequeño. Cuentan con tres piscinas, lo que hace que cada juego de delfines únicamente funcione una vez cada tres horas. Las instalaciones disponen de un interesante acuario por el que podremos caminar durante nuestra espera. Además, tenemos la opción y la oportunidad de visitar el tanque de los tiburones, un recipiente de metacrilato donde se alimentan a estos escualos.
Delphinus Dreams Cancún
Un lugar interesante donde preparan programas escolares de una jornada.
Cancún Wet&Wild
Todos los delfines que tienen en Cancún Wet&Wild son rescatados. Las sesiones de encuentro con los delfines suelen estar compuestas por quince personas.
Dolphin Express
Este barco de dos pisos se desplaza desde la Playa Langosta de Cancún a Isla Mujeres a las 10 de la mañana y regresa a las 4,30 de la tarde. Tiene una tarifa de alrededor de 30 dólares, que incluye el desayuno, un almuerzo y bebidas. A estos gastos hay que añadir 20 dólares si queremos hacer snorkel, además de otros 60 dólares si queremos nadar con un delfín. La vista de Cancún desde el piso superior del barco es fantástica. Una atracción añadida es la visita a una aldea pirata en Isla Mujeres, donde los pasajeros tiene la opción de distraerse a su gusto o bien nadar con delfines, hacer snorkel o practicar buceo. Viajar en el Dolphin Express es una buena experiencia. El almuerzo-buffet es abundante y la atención del personal del barco es excelente. Después de la comida, el barco se desplaza durante dos horas hacia el centro de la isla para que los pasajeros puedan realizar algunas compras.
Qué cosa más bonita y qué experiencia más única. Lo malo es que para poder hacer eso hay que irse a Cancún, que queda bastante lejos. Aunque no hay que desesperar, quien sabe.