A medida que la temporada de verano se inicia, la búsqueda de la playa perfecta para tomar el sol y chapotear en la orilla, surfear o practicar otros deportes acuáticos se convierte en un pasatiempo mundial, incluso a veces una obsesión. Pero lo que sucede fuera de la arena es igual de importante. Si bien todos esperamos que el sol brille cada día de nuestras vacaciones, es bueno saber que hay opciones si los cielos no se abren y el día no invita a pasear por la playa. Este destino está lleno de museos, tiendas y otras diversiones para un día lluvioso, además de variedad de divertidos festivales y actividades al aire libre si quieres hacer algo más activo, entonces pasemos allí.

Los artistas tienen mucho que contemplar a cerca de la creatividad de la naturaleza a lo largo de la costa volcánica accidentada que brinda el telón de fondo a toda la actividad de relajación y diversión de esta mágica costa. No es de extrañar por qué: El paisaje cuenta con rocas descomunales como el peñón de basalto Haystack Rock, que se yergue desafiante frente a la costa, además de los bosques que en algunos casos terminan prácticamente hundiéndose en el Pacífico, todo salpicado por las agujas de los pinos.

Numerosas galerías y los medios de comunicación de arte son una puerta de entrada a este destino tan poco conocido como sorprendente. Diversos talleres de vidrio para la fabricación de velas, varios museos cercanos celebran la herencia marítima y militar de la región, el Centro de Historia recrea una casa comunal indígena, y los guardabosques pueden llevarlo a través de los montes a seguir los pasos de exploradores Lewis y Clark en el Parque Histórico Nacional.