Eslovaquia es un lugar muy interesante para visitar durante el próximo mes de julio. Este país, que antes era parte de Checoslovaquia, es en la actualidad una república de pleno derecho, habiendo olvidado su pasado comunista que lo había marcado desde después de la Segunda Guerra Mundial hasta el año 1991. En estos momentos es muy difícil encontrar algún vestigio de la etapa comunista de este país ni tampoco se desea hablar ya demasiado sobre el tema.
Eslovaquia se encuentra situada al oeste de Hungría y Austria, teniendo hacia el norte la República Checa y Polonia y en su lado oriental encontaremos Ucrania. Las tierras eslovacas la componen ocho regiones autónomas que tienen incluso su propia capital. Estas regiones son las siguientes: Trnava, Trencin, Nitra, Bratislava, Zilina, Kosice, Presov y Banska Bystrica.
Si deseamos visitar estas hermosas tierras en un vuelo barato, debemos tener en cuenta que podemos hacerlo perfectamente a través de la aerolínea low cost Sky Europe, que nos llevará hasta hasta los aeropuertos de Bratislava y Kosice.
El idioma de Eslovaquia es predominantemente el eslovaco. También escucharemos hablar inglés como segunda lengua e incluso aún habla mucha gente el ruso, en recuerdo de épocas pasadas.
En Bratislava es donde se concentra la mayor parte de la vida económica, aunque también la parte occidental contribuye bastante a la economía de esta joven república.
En este país se ha dado un rápido incremento de turistas, debido sobre todo a la importancia histórica de sus ciudades, además de las muchas posibilidades que existen para practicar el esquí de montaña, que atrae también a muchísimos turistas de todo el mundo.
La gente de Eslovaquia es alegre y jovial y muy orgullosa de su cultura. En nuestras vacaciones podremos visitar los Altos Tatras, que nos sorprenderán con unos paisajes preciosos mezclados con pequeños pueblos campesinos, sobre todo, de una gran tradición y raigambre.
En nuestro viaje a Eslovaquia tendremos mucho que hacer y conocer. Por ejemplo, no debemos olvidarnos de realizar alguna excursión para visitar sus castillos y vivir de cerca sus fiestas populares. Y los amantes de los deportes de riesgo podrán disfrutar también con la práctica de senderismo y de snowboard, dentro de un entorno de atractivos y espectaculares paisajes.
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