
Desde el Castillo de If
Marsella es una ciudad francesa de fácil acceso y que será la puerta para dirigirse a otras ciudades cercanas de gran valor turístico como Aviñon, Aix-en Provence y Niza. Además de estas ciudades la presencia de la Costa Azul le permite un gran contacto con el mismo mar mediterráneo pero con un encanto distinto y sutil.
Lo primero a la vista de Marsella
Cabe decir que Marsella es la ciudad más importante del sur de Francia y el segundo mayor núcleo urbano del país. Uno de los destinos favoritos en Marsella es su Viejo Puerto el cual está custodiado por los fuertes de Saint-Jean y el de Saint-Nicolas y estos a su vez están custodiados simbólicamente por la presencia de la Catedral de La Major. Este último monumento fue construido sobre las ruinas de un templo griego. El puerto de Marsella nos puede servir además para iniciar algunos de los más pintorescos paseos. Así el paseo de La Canebière lo lleva de zona comercial de Marsella a puntos muy turísticos como el Palais de Bourse.
Profundizando en su visita
Marsella le ofrece episodios como aquellos vividos en le Conde de Montecristo tomando una embarcación con dirección al Castillo de If. Además tenemos las playas de la costa Azul. En ella usted quedará enamorado de sus calas de extrema belleza bajo prominentes acantilados de roca. En Francia se les denomina Calanques.
La gastronomía de Marsella es una parada que no podrá evitar visitar. Entre sus platos que adornan sus escenarios costeros sobresale la “bullabesa”, el plato de Marsella por excelencia. Este plato está elaborado a base de varios tipos de pescados y mariscos frescos.
Marsella posee además de los mencionados los siguientes monumentos: Ayuntamiento de Marsella, Palacio Longchamp y la Abadía de San Víctor de Marsella. Así, mediante una escapada en Marsella usted podrá no solo conocer una ciudad más sino una pequeña porción de Francia con espíritu propio.
Foto: flickr.com/photos/32990013@N02/6437604009
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