Tierra de leyendas, de reyes y reinos, de belleza plena y de apasionante historia. Mónaco es un destino repleto de encanto y de atractivos para disfrutar de un fin de semana en tu ruta por Europa, en un puente o en unas vacaciones inolvidables.
En plena costa mediterránea, Mónaco se extiende por el litoral de ligur-provenzal donde se encuentran los Alpes y el mar, en un enfrentamiento que nos proporciona lugares insólitos, impresionantes y perfectos para vivir aventuras, momentos románticos o para disfrutar a tu manera del viaje de tu vida. Arropada por las tremendas montañas y por las cálidas aguas mediterráneas, Mónaco se derrama por las laderas como un caldo multicolor y lleno de luz, creando un rincón mágico como pocos en Europa.
Si la Costa Azul de la Riviera Francesa posee encantos extraordinarios por si misma, Mónaco se sitúa en un lugar privilegiado con su propio microclima similar al mediterráneo-tropical y con bosques perennes que mantienen el color y la vida del lugar durante todo el año. Entre los verdes valles y prados, los bosques y las cumbres se esparcen olivares, viñedos, dehesas y frutales de forma natural, dotando de una especial singularidad a su entorno.
Pero sin duda, si algo hay que destacar por su desarrollo e interés turístico es su zona costera, con un puerto que es parada obligatoria de cruceros, yates y barcos de lujo; y con tranquilas playas de la mejor calidad que se extienden a lo largo de 3 kilómetros por la Costa Azul de Mónaco. Sin duda, un destino muy especial para un fin de semana o unas vacaciones completas que tienes que descubrir por ti mismo.
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