Curazao es una joya sin descubrir en el Sur del Caribe, en la costa de Venezuela, entre Aruba y Bonaire, y justo por debajo del cinturón de huracanes. La mezcla de estilo caribeño y el encanto europeo hace a Curazao un verdadero destino paradisíaco entre las otras islas del Caribe.
Curazao es un destino diverso, con muchas similitudes a otras islas del Caribe, pero al
mismo tiempo con diferencias reales que lo hacen atractivo incluso para los viajeros más críticos. Curazao es real y diferente.
Curazao cuenta con un centro histórico único. El desarrollo de la Willemstad comenzó cuando los holandeses se asentaron en la isla en 1634 con la construcción de una fortaleza en la margen oriental del puerto. Fort Amsterdam, sigue en pie y es sede de la residencia oficial del Gobernador y la casa de Gobierno. Alrededor se encuentra Punda, donde se establecieron las primeras casas y negocios. El muelle comercial o Handelskade es el icono de la isla con una serie de edificios en tonos pastel que se asemejan a las famosas casas de los canales de Ámsterdam, claramente lo diferencian de todo lo que se ve o se encuentra en el resto del Caribe.
Curazao es el hogar de más de 50 diferentes nacionalidades y religiones que viven en paz y armonía lado a lado. Es un verdadero ejemplo para el resto del mundo en cuanto a cómo muchas nacionalidades, lenguas, tradiciones y religiones pueden vivir uno junto a la otra y con cada otra, la tolerancia es muy alta y todo el mundo es respetado como persona y ser humano.
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